viernes, 3 de octubre de 2014

UNA HISTORIA DE VIDA PARA AGRADECER

Soy Monica Angélica MORIZON. Corría el año 1983. Difícil era para una madre con tres hijos trabajar. Las costumbres y mandatos familiares y de la sociedad eran diferentes. El divorcio no existía. Entonces, decidí emprender un largo viaje y buscar mi destino. Desde Mendoza a Buenos Aires República Argentina. Conocí muchas personas, Todas y cada una de ellas me enseñaron, me brindaron y también acompañé en cada día que había que levantarse y buscar el sustento. De allí nacieron todos mis amigos al cual les agradezco su amistad, que aún conservo en Buenos Aires, hijos y mis hermosos nietos. Los años pasaron, y el sonido de los trenes del Ferrocarril Mitre me acompañaron como música en mis oídos y como fuente de trabajo. Vendía golosinas, jazmines, en el día de los enamorados, alfajores, hasta elaboraba churros y bolitas, entre otras cosas, desde horas desde la madrugada al atardecer. A quienes agradezco al Ferrocarril Mitre y sus autoridades que me hallan permitido estar trabajando allí, hasta el día de hoy. ...Un día un pasajero Médico que recorría los Hospitales de la Argentina, me habló dentro del tren, y me peguntó: qué me pasaba que caminaba renga. Y me sugirió que fuera al médico, porque "yo no me había dado cuenta". Algo, muy misterioso y silencioso comenzó a darme "una primer señal". Me hice atender por el Medico Clínico Marcelo LACIAR en la Salita del Barrio Barracas CESAC 16 Buenos Aires, también me acompañó mucho la Asistente Social Jorgelina,  Me realizaron muchos estudios, ya tenía la pierna izquierda el cuadriceps más chico que el derecho y cuando le lleve los resultados, me dijo tenes que ir a un Neurólogo, pero desde ya te digo:  "tu enfermedad no tiene cura".Pero sin DIAGNOSTICO, porque era Clínico. De esto hace ya 15 años. Él hasta el día de hoy me atienden, a quienes les estoy muy agradecida, y empecé un largo recorrido en los Hopitales de Buenos Aires. Uno de ellos el Hospital Duran atendida por la Dra. Nodel y el Dr. Di Piace Neurólogos. La Dra. NODEL me decía: que cuando llevaba mis estudios a su casa, parecía el Dr HOUSE, investigaba, cambiaba de medicación, me atendía a toda hora. Pero "no sabía que tenía". Pero observó que al medir mis piernas la parte inferior de la pierna derecha era más chica que la izquierda. Silencioso. Avanzando. Y sin saber el diagnóstico, también le agradezco su dedicación y tiempo de estudio. Después del Dr. Marcelo LACIAR me derivo al Dr. Juan Manuel DUARTE del Hospital de Clínica, me realizaron electromiogramas de la cabeza a los pies y se preocupo por mi estado, sin encontrar un DIAGNOSTICO. Hasta que después del receso invernal de 2014 vine por razones familiares a Mendoza. Tenía mucho dolor. Y me descompensé en Mendoza. Y mi hermana Norma habló con su Mèdico Dr. MAHIA,del Instituto VILAPRIÑO, Julián Barraquero 322 (5500) Capital Mendoza Tel/Fax (0261) 4245958. -Me preocupó el estado de salud de mi hermana, de la última vez que la había visto, la vi muy desmejorada-. El Dr. MAHIA me dijo: "Acá esta el Neurólogo que tu hermana necesita: El Dr. Luciano RECCHIA. Que es neurocirujano de Hospital Central de la provincia de Mendoza. Lo visité, e inmedatamente puso manos a la obra. Una batería de estudios, que fueron sus palabras. Una caja de estudios médicos anteriores que me recibió el Dr. RECCHIA y un bastón me acompañaba en mi viaje, y donde quiera que fuera. Pero era una caja como dormida. Que no hablaba, Los nuevos estudios analizados por el Dr. RECCHIA  y el Dr.  Andrés BARBOZA del Hospital Central gritaron a voces, ESCLEROSIS LATERAL AMIATROFICA ELA.  Para que pudiera atenderme los Neurólogos de Mendoza, tuve que llamar muchas veces a un 0800 y realizar cambio de domicilio. No podía volver todavía a casa, a mi Buenos Aires querido. A mis trenes, a mi vida cotidiana, al encuentro con mis hijos, mis nietos y amigos. Gracias al tambièn al Dr. Soppelsa de Traumatología del Hospital Central de Mendoza, que después de escuchar más de una hora a mi hermana, con mucha atención, desde mi historia de vida hasta mis problemas de salud, le dijo: SOY TRAUMATÓLOGO. Y SONRÍO. URGENTE ESTO LO TIENE QUE VER UN NERUROLOGO. Y nos consiguió el anhelado TURNO en el HOSPITAL CENTRAL. De allí, trámite de discapacidad en Mendoza, Volví con mi diagnóstico a Buenos Aires y me presenté a la Salita CESAC 16, con el Dr. LACIAR, quien me dijo: "ya sabía lo que tenias" . Era cierto, era una enfermedad, que no se sabe porqué viene y que no tiene cura. Me lo dijo hace 15 años. Pero no tenía Nombre y Apellido. Ahora tiene y agradezco a todos los especialistas que se preocuparon por mi salud. Es una enfermedad en la que no vale tener depresión, nervios, no bajar los brazos. Hay que pelearla. Mi vida fue una constante pelea, y esta no me la va a ganar tampoco. Gracias a mis hijos, nietos, amigos del ferrocarril de la vida que han sido como mi familia, cada uno con su apodos puestos por mi, con lo que nos alegrábamos cada día y así también a hijos del tren, que me dicen, "ma", "mamá enojada", "vieja loca", "bruja" y "renga" entre otros. Antes sin ELA ahora con  ELA, me tienen que aguantar igual. Gracias a toda mi familia de Mendoza, en especial, mi mamá Isabel Barrozo, mi hermana Norma Morizon, Juanita González, por esta compañía en este último tiempo.